miércoles, 7 de mayo de 2014

Experiencia contada por Carlo Outeiral por su paso por el INCAR



Durante el día de hoy, dos alumnos de la asignatura de Laboratorio ,Claudia Cortina y Carlos Outeiral, el que os escribe,participamos en las jornadas de “Un día en laboratorio” que organiza el complejo INCAR-CSIC y en el que hemos visto en primera persona el trabajo que desempeñan investigadores de diversas áreas.
La cita era a las 9.30 de la mañana, en el edificio del INCAR, a apenas unos 200 metros de la estación de tren de La Corredoria. Aunque estaba prácticamente oculto entre unos árboles, pronto vimos un cartel que nos daba la bienvenida.
Fuimos bien recibidos tras las puertas del instituto, dónde nos entregaron unas gafas de seguridad y una bata “rudimentaria”. Nos presentaron las distintas líneas de investigación del centro (que por cierto se pueden consultar en su página web), y pronto nos pusieron en manos de Zoraida, doctora en Electroquímica. 
En su laboratorio construimos una pequeña batería de flujo de Vanadio mientras nos explicaba los objetivos de su investigación y los fundamentos teóricos básicos del funcionamiento de la batería. Tras pasar por este laboratorio, dimos una vuelta por un laboratorio de síntesis, donde su encargado, Adrián, nos explicó el trabajo que hacen con los desechos del petróleo y el carbón para crear productos con ellos y poder rentabilizarlos.
Después de unas dos horas de trabajo en el laboratorio, todos los visitantes del centro nos reunimos en la cafetería, donde el centro nos invitó a tomar un pequeño refrigerio, momento que aproveché para interrogar a Zoraida sobre el trabajo en un laboratorio y la carrera científica.
Pronto disfrutamos de otras 2 horas de laboratorio, esta vez en el departamento de Análisis Químico que nos presentó Diego. Tras una rápida explicación sobre los métodos de análisis que empleaban con el carbón, nos retó a averiguar el porcentaje de dos tipos de carbón en una mezcla homogénea, lo que resolvimos utilizando las distintas técnicas que nos había explicado y un sistema de ecuaciones.
 Finalmente, tras otras dos horas que también pasaron demasiado rápido, llegó el momento de despedirse. Se acababa una mañana fantástica en la que tuvimos la oportunidad de conocer el trabajo de los investigadores del INCAR-CSIC cara a cara. Aun así, todavía pudimos charlar unos minutos con ellos acerca de nuestro futuro universitario.
Sólo nos faltaba coger el tren para regresar a Gijón y plantar cara al examen de Matemáticas que nos esperaba  amenazante por la tarde.

Carlos Outeiral




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